Por Cecilia Viteri
Quiero presentarles a Cecilia Viteri, psicóloga clínica de Ecuador a quien conocí en 2019. Cecilia trabaja en el Instituto de Neurociencias de la ciudad de Guayaquil, Ecuador. Allí ella trabaja con pacientes con enfermedades mentales quienes participan activamente en el huerto como parte de su tratamiento integral. Los resultados positivos obtenidos en los pacientes que participaron del huerto llevó a Cecilia a formarse como terapeuta hortícola en el Instituto de Horticultura Terapéutica (HTI) de Denver, Colorado, Estados Unidos. En 2021 obtuvo su certificado. Durante la pandemia ha desarrollado un programa para niños, Mi Semilla Educa, que espera pronto ofrecer a niños entre 1 a 6 años.
Daniela Silva-Rodríguez Bonazzi
La horticultura es una ciencia que se ocupa del “cultivo de plantas en el huerto u hortus”. A pesar de ser una práctica que existe desde los inicios de las civilizaciones, en la actualidad, la sentimos lejana, complicada y la relacionamos con profesionales en la materia o a quienes viven en el campo.
Gracias a la pandemia la horticultura ha ganado visibilidad a nivel mundial. Nos ha recordado la importancia de ser autosustentables y valorar lo realmente necesario. Los beneficios de esta actividad no se limitan a la producción de alimentos, también genera un impacto positivo en la salud, la calidad de vida y la sociedad. ¿Qué tiene la horticultura que puede cambiar vidas? Lo explica muy bien una colega, terapeuta hortícola, fundadora de la Asociación Española de Horticultura y Jardinería Social y Terapéutica (AEHJST), Leila Alcalde, en un artículo publicado en la revista digital “Naturaleza urbana en sociedad”. En el artículo explica los beneficios terapéuticos de la horticultura o jardinería, y cómo el distanciamiento de la naturaleza, sumado al estilo de vida dominado por la tecnología, puede ocasionar problemas emocionales como estrés, ansiedad, depresión, desconexión, aislamiento, entre otros problemas. En los niños, esta desconexión con la naturaleza se conoce como “Síndrome de Déficit de Naturaleza”, término acuñado por el periodista e investigador Richard Louv en su libro “The Last Child in the Woods”, publicado en 2005. A pesar de no ser un trastorno reconocido por el DSM-V (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) es un término que explica los problemas que surgen del poco o nulo contacto con la naturaleza, arriba mencionados. Sin embargo, como indica Alcalde es que “En nosotros está la responsabilidad de tomar la decisión de optar por otro paradigma donde la naturaleza se integre en nuestras vidas…”.
El trabajo activo con plantas puede tener efectos terapéuticos si es que es dirigido por un profesional entrenado, conocedor de técnicas de terapia hortícola, pudiendo ayudar a mitigar distintos problemas de salud, tanto físicos, cognitivos o emocionales. La Terapia Hortícola es “una modalidad de terapia complementaria, no farmacológica, con un enfoque holístico y centrado en la persona, conducido por un profesional entrenado, que utiliza la horticultura, la jardinería o actividades afines para alcanzar metas terapéuticas previamente establecidas.” (Daniela Silva-Rodríguez, terapeuta hortícola, fundadora de la Asociación Peruana de Horticultura Terapéutica y Social - APHTS).
“Las metas generales de esta modalidad de terapia se centran en desarrollar habilidades sociales, reforzar funciones cognitivas, físicas y/o psicológicas además de generar un estado de bienestar integral.” (Rebecca Haller, Terapeuta Hortícola). Rebecca Haller es docente principal del Instituto de Terapia Hortícola (HTI) con sede en Denver, Colorado, Estados Unidos, donde acuden profesionales de carreras diversas como medicina, psicología, horticultura, educación, biología, agronomía, de varios países del mundo, para llevar el Programa de Certificado en Terapia Hortícola, dándole un valor agregado a su carrera.
Hace pocos meses, completé el Programa de Certificado en Terapia Hortícola del HTI. Los conocimientos que he adquirido con este programa de entrenamiento me permitieron desarrollar, desde 2019, un Proyecto de Terapia Hortícola llamado “Mi Semilla” en el Instituto de Neurociencias en Guayaquil, en el cual, pacientes con trastornos mentales, acuden a un huerto de 200 m2 ubicado dentro de esta institución.Desafortunadamente, tras la pandemia, las actividades en el huerto no se han podido reanudar,debido a las restricciones de la COVID19 con los pacientes residentes.
Sin embargo, el proyecto “Mi Semilla” no se ha detenido. Hemos desarrollado una metodología, Mi Semilla Educa, dirigida al desarrollo físico, emocional y social en niños. Esta metodología, hasta ahora solo ha podido ser aplicada en mis hijos, un niño de 1 año de edad y una niña de 6 años de edad, esperando poder replicarla pronto en centros de estimulación infantil temprana y escuelas.
Mi Semilla Educa es un programa que consiste en una Guía de terapia hortícola para escuelas, fomentando el uso de huertos escolares con fines educativos, sociales y terapéuticos. Esta guía incluye el diseño estandarizado del huerto escolar, un manual de horticultura, un cuento educativo infantil, material audiovisual y una herramienta para el registro de evaluaciones y de monitoreo resultados.
El programa tiene tres protocolos. El primer protocolo es para bebés hasta 1 año de edad, el segundo protocolo es para niños de 2 a 3 años de edad, y el tercer protocolo es para niños prescolares de 4 a 6 años de edad.
Los 3 protocolos comparten las mismos metas:
a) estimulación temprana, aportando al adecuado desarrollo psicomotor del niño,
b) funcionamiento cognitivo,
c) desarrollo de habilidades sociales
d) desarrollo de habilidades emocionales.
e) Instaurar y reforzar valores.
La metodología incorpora técnicas de estimulación temprana, pedagógicas y psicológicas adaptadas para las diferentes edades de los niños. Aquí algunos detalles:
El protocolo para niños de 0 a 1 año de edad, consiste en la estimulación sensorial con elementos de la naturaleza, como hojas de hierbas aromáticas. Este contacto y exposición es de forma progresiva y no estructurada.
El protocolo para niños de 2 a 3 años propone actividades semi-estructuradas. Las observaciones se registran en el siguiente cuadro:
El protocolo para niños de más de 4 años de edadofrece actividades estructuradas,relacionadas con las actividades del huerto. Los niños de este grupo etario deben cumplir con tareas específicas del huerto, las cuales se integran a las actividades académicas,mejorando conceptos y aprendizajes de la malla curricular.
Espero pronto poder implementar este programa piloto en instituciones educativas, para poder medir su efectividad. El programa piloto también permitirá realizar ajustes dándole a Mi Semilla Educa la posibilidad de ampliar el alcance del programa.
En Ecuador, el siguiente año lectivo empieza en abril 2022. Es una excelente oportunidad para continuar difundiendo los beneficios de la Terapia Hortícola, el contacto con la naturaleza a través de la jardinería y la horticultura.
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